TRABAJO EN EQUIPO: totalidad, fragmentación y el cuento de la asamblea en la carpintería

Los profesionales del tercer sector trabajamos dentro de equipos multidisciplinares en los que existe una alta interacción imprescindible para operativizar las tareas específicas de todos y cada uno de los perfiles profesionales que lo conforman: educadores, trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales, orientadores laborales, integradores sociales, psiquiatras…Es muy frecuente observar disfuncionalidades en estos equipos multiprofesionales y, a tenor de lo que he observado a lo largo de mi experiencia profesional y he escuchado declarar a mis propios compañer@s, y han sido muchos en estos veinte años, la principal fuente de estrés no son los pacientes, clientes, usuarios, personas en atención o llámese como quieras según las modas, que van cambiando también en este sector, sino que lo que más suele quitarles el sueño son los propios compañer@s. Cuando comparto esto con otras personas de mi entorno personal que no tienen nada que ver con lo social como ingenieros, entrenadores personales, periodistas, informáticos, etc. se quedan muy sorprendidos, no porque ell@s no tengan problemas y disfuncionalidades sistémicas en sus lugares de trabajo, que las tienen, sino porque afirman, y no les falta razón, que si hay profesionales preparados por su formación y vocación para trabajar en equipo somos precisamente nosotros; es más, alguno me decía que deberíamos ser nosotros los que diéramos formación en las empresas para enseñar a trabajar en equipo.

A mis queridos amigos y conocidos de lo no-social no puedo más que agradecerles la colleja, si me permitís la licencia, porque nos pone en lo que debería ser. Pero, lo que hay, queridos amigos, es lo que es. Los del tercer sector somos personas y vivimos en una sociedad, en un todo, del que no podemos aislarnos. Si hace frío, lo hace para todos. Y es de esto de lo que quería hablaros tras algunas lecturas realizadas recientemente que me han hecho profundizar o acercarme a la comprensión de estas disfuncionalidades de los equipos de trabajo. ¿Puede existir relación entre la herencia cultural del pensamiento científico y las disfuncionalidades del trabajo en equipo?

Los equipos de trabajo de lo social viven una ambivalencia que va desde la totalidad a la fragmentación. De hecho, desarrollan sus tareas comunes en reuniones presuntamente operativas, más o menos, según el grupo de personas que conforman el equipo, pero cada uno porta una identidad profesional diferenciada en la que existen explícita e implícitamente luchas de poder (y de egos), conflictos de tarea, conflictos de relación, ansiedades, mecanismos de defensa….y también muchos acuerdos, afortunadamente, porque si en algo parece haber bastante consenso es en apoyar a las personas en situación de vulnerabilidad social. Fue David Bohm, científico y filósofo notable por sus aportes a la física moderna y que fue colaborador de Einstein, quien afirmó que eso que llamamos realidad es un todo infragmentable. Se mostraba muy crítico con la herencia del pensamiento científico porque afirmaba que la ciencia hacía una fragmentación artificial de la realidad. Siguiendo el hilo de Bohm, ¿hasta qué punto el positivismo y el pensamiento científico (por cierto, muy propio de las Ciencias Exactas y no de las Ciencias Sociales) nos ha acostumbrado a lo largo de estos últimos siglos a que las personas pensemos de forma fragmentada? David Bohm afirmaba que la fragmentación artificial de un todo, léase un equipo de trabajo de intervención social, por ejemplo, lleva a la crisis individual y colectiva, al conflicto, al caos, a los malentendidos y a la pérdida de energías en movimientos antagónicos. Si has leído hasta aquí y eres un profesional de la intervención social probablemente estés pensando ahora en las dificultades que te encuentras en tu propio equipo multidisciplinar y ahora te haya quedado claro eso que afirmé de que los equipos viven una ambivalencia que va desde la totalidad a la fragmentación. El intento de operativizar lo común es el esfuerzo por ser una totalidad pero, dominados por la herencia e inercia de un pensamiento científico fragmentador, reforzado por corporativismos proyectados sobre la tarea que debería ser un todo de todos, acaba por generar no pocas tensiones y sí mucho estrés, ansiedad y burn out.

Y por eso el concepto de sinergia viene a dotar de sentido a este caos que flota. La RAE define sinergia básicamente como una tarea coordinada. Con un poco más de detalle, la sinergia es un “concurso activo y concertado de varios órganos para realizar una función” y una “acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”. Ese es el reto: los equipos multidisciplinares tienen que luchar contra su propia fragmentación y alcanzar su totalidad mediante sinergias. Este video lo ilustra:

Para visualizar y entender mejor todo esto de la fragmentación, la totalidad y la sinergia, comparto con vosotr@s un precioso cuento que acabará por iluminar estas ideas. El cuento de la Asamblea en la Carpintería:

Cuentan que, a media noche, hubo en la carpintería una extraña asamblea.

Las herramientas se habían reunido para arreglar las diferencias que no las dejaban trabajar.

El Martillo pretendió ejercer la presidencia de la reunión, pero enseguida la asamblea le notificó que tenía que renunciar:

– No puedes presidir, Martillo -le dijo el portavoz de la asamblea-. Haces demasiado ruido y te pasas todo el tiempo golpeando.

El Martillo aceptó su culpa pero propuso:

– Si yo no presido, pido que también sea expulsado el Tornillo, puesto que siempre hay que darle muchas vueltas para que sirva para algo.

El Tornillo dijo que aceptaba su expulsión pero puso una condición:

– Si yo me voy, expulsad también a la Lija, puesto que es muy áspera en su trato y siempre tiene fricciones con los demás.

La Lija dijo que no se iría a no ser que fuera expulsado el Metro.

Afirmó:

– El Metro se pasa todo el tiempo midiendo a los demás según su propia medida como si fuera el único perfecto. 

Estando la reunión en tan delicado momento, apareció inesperadamente el Carpintero que se puso su delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Trabajó la madera hasta acabar un mueble. Al terminar su trabajo, se fue.

Cuando la carpintería volvió a quedar a solas, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando el Serrucho, que aún no había tomado la palabra, habló:

– Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades; son ellas las que nos hacen valiosos. Así que propongo que no nos centremos tanto en nuestros puntos débiles y que nos concentremos en la utilidad de nuestros puntos fuertes.

La asamblea valoró entonces que el Martillo era fuerte; el Tornillo unía y daba fuerza; la Lija era especial para afinar y limar asperezas; y observaron que el Metro era preciso y exacto. Se sintieron un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.

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Finalmente te dejo un pequeño video que muestra cómo somos incapaces de conseguir el mismo objetivo si trabajamos cada uno por nuestra cuenta:

También os dejo una tesis doctoral interesante que habla sobre roles en los equipos de trabajo.

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ANÁLISIS DE ROLES DE TRABAJO EN EQUIPO

 

FUENTES:

“Aplícate el cuento” – Jaume Soler y Mercè Conangla  Ed. Amat (Pág. 142)

LA TOTALIDAD Y EL ORDEN IMPLICADO – David Bohm Ed. Kairós Págs. 33, 39 y 40

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