¿Qué nos pasa a los profesionales del trabajo social cuando “tenemos que soltar”?
Me viene en le día de hoy una reflexión a la cabeza, sobre aquellas personas que son, en un momento dado, resistentes al cambio.
En ocasiones, los profesionales creemos tener muy claro que acciones podrán mejorar las situaciones de ciertas personas. Tras desplegar nuestras herramientas y/o estrategias seguimos observando el deseo de no cambiar. Llegados a este momento, nos toca soltar, “abrir la mano” y “dejar caer”.
Pero…¿Qué sentimientos nos genera esto?, ¿Se debe a una valoración profesional errónea o no consensuada con la persona?, ¿Cómo podemos gestionarlo?, ¿Nos empeñamos, a veces, en seguir interviniendo por nuestro propio miedo a soltar?
Siento hacer tantas preguntas y dar tan pocas respuestas. Sigo buscándolas pero creo que acompañada será más enriquecedor y, por supuesto, más fácil.
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